- Me despierto,... me levanto,... me miro al espejo... y me quiero acostar de nuevo. Me pregunto si algún día podré levantarme de un solo. ¿Hacer que esa increíble media hora de despertar y dormir se convierta en una solo minuto heróico? Por el momento, me suena lejano.
La modorra de cada mañana parece poder apoderarse de su voluntad. Finalmente, de una manera que no pretende entenderlo ni darse a entender, Tránsito se levanta. Hoy, primer día de semana, esperan las tareas de siempre. Primero, lo primero.
- Buenos días Tránsito. ¿A que vienes hoy?
- No fastidies Agustín. Necesito mi café antes que nada esta mañana.
- Jaja, pues por lo visto parece que necesitas de él todas las mañanas. Creo que tienes tazas hasta en las gavetas.
...
...
- ¡Mhm! ¿Sabes? Ese humor tuyo me parece fantástico. ¿Por que no te dedicas a escribir?
- Pues haciendo aparte el sarcasmo y tu adicción al café parece ser algo que tu cumples muy bien, así que prefiero limitar mis chistes a esta cocina de todas las mañanas.
- Correcto, te queda mejor. Te veo por la tarde y no te preocupes por mi Café, lo tomo desde pequeño.
La puerta se cierra sola tras su salida. La oficina parece un parque. Llena de tacuches y faldas se muestra monótona y Tránsito la recorre hasta su oficina, sin notar que derrama café en el camino.
La modorra de cada mañana parece poder apoderarse de su voluntad. Finalmente, de una manera que no pretende entenderlo ni darse a entender, Tránsito se levanta. Hoy, primer día de semana, esperan las tareas de siempre. Primero, lo primero.
- Buenos días Tránsito. ¿A que vienes hoy?
- No fastidies Agustín. Necesito mi café antes que nada esta mañana.
- Jaja, pues por lo visto parece que necesitas de él todas las mañanas. Creo que tienes tazas hasta en las gavetas.
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- ¡Mhm! ¿Sabes? Ese humor tuyo me parece fantástico. ¿Por que no te dedicas a escribir?
- Pues haciendo aparte el sarcasmo y tu adicción al café parece ser algo que tu cumples muy bien, así que prefiero limitar mis chistes a esta cocina de todas las mañanas.
- Correcto, te queda mejor. Te veo por la tarde y no te preocupes por mi Café, lo tomo desde pequeño.
La puerta se cierra sola tras su salida. La oficina parece un parque. Llena de tacuches y faldas se muestra monótona y Tránsito la recorre hasta su oficina, sin notar que derrama café en el camino.
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